Luces de colores
Un día desperté y las calles habían cambiado. Allí donde miraba había luces de colores, espumillón, nieve de bote. La Navidad había llegado a la ciudad, sin avisar, como un ladrón nocturno.
Salí a pasear por las calles con la intención de empaparme del espíritu navideño. Pero no me gustó lo que vi. La ciudad estaba poseída por un consumismo feroz; el centro tomado por un ejército de compradores, que purgaban sus penas a golpe de Visa. Niños sentados en el regazo de papás noeles de supermercado con el mismo ánimo que un terrorista que presenta su lista de reivindicaciones. El “me gustaría” se había convertido en “yo quiero” y, en algunos casos “yo exijo”, y todo el mundo lo consideraba normal.
Cuanto más paseaba, más triste estaba. ¿De qué servían las luces, el papel de regalo, los villancicos? ¿Qué significaba la Navidad? ¿Agobios? ¿Consumo? ¿De verdad era eso lo que queríamos?
Pero, de repente el mundo pareció redimirse cuando, como en una de esas películas malas que hacen a mediodía, al subir al autobús, una señora me miró y sonriente me espetó un “feliz Navidad” que me llegó al alma. Vaya. Puede que después de todo, el espíritu navideño exista, pensé. Y entonces empecé a mirar a mi alrededor con otros ojos.
De repente vi como la gente, animada por el hipnótico efecto de las parpadeantes luces de colores, sonreía constantemente, se comportaba de un modo amable, ayudaba a los desconocidos…
Sonreí contento: ¡la Navidad tenía un sentido, y yo lo había encontrado! Cuanto más miraba, más veía: padres con sus hijos, abuelas cargadas con lo que sería cena para muchos, abrazos entre viejos amigos, reencuentros. Todo rezumaba Navidad, felicidad, ilusión, y era real, lo tenía delante de mis narices.
En mi colegio solían decirnos que en Navidad, además de adornar la casa, debíamos adornar nuestros corazones, poner algo de luz en ellos, hacerlos agradables, acogedores, bonitos. Pensando en mi paseo, he comprendido que no les faltaba razón.
En estos días de familia, amigos y regalos, os pido que no olvidéis poner algún adorno en vuestros corazones. Luces de colores que harán que encontremos un poco más de calor en estas fiestas.
Feliz Navidad.
6 comentarios:
Tienes mucha razón pero yo además pediría que fuera durante todo el año. La gente viviría más agusto y sería más feliz.
¡Feliz Navidad a todos!
Oleeeeeeee me ha dejado publicarlo....llevo más de dos semanas intentándolo
Creo que eres muy afortunado, porque en estos días de prisas y agobios (y personitas con más paquetes de los que pueden soportar), que alguien repare un instante en el prójimo para felicitarle es un gesto entrañable.
Y a pesar de tu reflexión primera (muy acertada), he de decir que algo hay en el ambiente que hace que estos días me gusten y enternezcan. ¿Qué le vamos a hacer?
Besitos y Felices Fiestas a todos.
Es verdad que si miras realmente bien, te das cuenta de que la navidad nos enternece a todos un poco, y es agradable salir a la calle y darse cuenta de ello.
Y sigo con lo mío: Javi, eres un romántico.
1 abrazo y felices fiestas a todo los lectores de este gran blog!
lorente goleadorrrr!
¡Cuántos comentarios en un solo día! Siento no contestarlos por separado, pero iré de uno en uno...
Gabi, ¿de verdad no podías postear comentarios? Aunque me da un poco de rabia, en el fondo me consuela, pensaba que ya te habías hartado de mis neuras...
En cuanto a lo de que todo el año sea así... la verdad es que sería una pasada, pero siendo realistas, creo que el mundo no está preparado para tal derroche de fraternidad...
A Nineta, ya asidua aquí, decirle que hoy en la facultad hemos cantado villancicos, comido turrones... ha sido bonito poder mirar a la cara a tus compañeros y desearles una feliz Navidad con toda la sinceridad que una botella de cava puede darte...
Ahora en serio, a mí me encanta la Navidad: quitando el Papá Noel que han puesto mis vecinos en la puerta de su casa (y que un día me matará de un susto... ¡qué miedo da!), todo es mágico, te vuelves a sentir un niño, hay regalos, reencuentros, y ese "algo" en el aire. Tengo una familia grande y nos juntamos, jugamos... No sé. Hay muchas cosas que cobran sentido en Navidad.
A Álvaro, además de decirle que se ha perdido un gran partido esta noche (he marcado dos goles, increíble, ¿eh?), decirle que estoy de acuerdo. Como ya he dicho antes, la Navidad tiene algo mágico...
A Javilla... los goles son para tí. Por reírte de los entrenamientos y las espinilleras... porque en Navidad pasan cosas increíbles...
Un abrazo enorme (besos para ellas) para todos, espero que paséis una Navidad fantástica, que os traigan muchos regalos (sí, la fiebre consumista en Navidad es una mierda, pero ya que estamos...) y que seáis muy felices.
Cuidaos mucho.
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