Entre clases
Pasaban quince minutos de la hora y el profesor no había llegado. Impacientes, los alumnos habíamos salido fuera, esperando que llegase el bedel para comunicarnos la suspensión de
Con los primeros acordes de “You’re all I have”, abrí los ojos. Y
En alguna ocasión ya he comentado cómo la música afecta a mi estado de ánimo.
Pues bien, ella estaba junto a la puerta, charlando con sus amigos. Mientras la miraba, las estrofas de la canción martilleaban mi cabeza: “…under your skin feels like home”, y de repente me he sentido muy solo. Quería quitarme los cascos, porque la música cada vez me hacía sentirme peor, pero no podía, o puede que en fondo no quisiera…
Y a medida que pasaba el tiempo, pensaba más y más en lo mucho que echo de menos una relación seria, revolcándome en mis recuerdos, cada vez peor, hasta que de repente, ha llegado el profesor y nos ha mandado entrar.
Escarmentado, he decidido volver sin música a casa. Ya me había comido demasiado la cabeza por hoy.
3 comentarios:
Y todo eso lo ha traido a tu cabeza la chica de la primera fila...Pues habrás de hacer algo, porque como la cosa siga así...no tendrás más que comerte la cabeza en muchas más ocasiones...
A no ser, como has dicho al final, que tú puedas controlar esa cabecita, y con un único pensamiento chungo al día tengas suficiente.
Uy uy...que enamoradizo eres. Si tienes tanta necesidad de novia tal vez deberías lanzarte con esta chica a ver cómo te va. Se nota que te ha dado fuerte...jjejeje.
Lánzate a conocerla no vaya a ser que te arrepientas cuando pase el tiempo de no haberte acercado a conocerla.
Un beso!
El hecho no fue tanto ver a la chica de la primera fila como darme cuenta de lo mucho que echaba de menos una relación sólida, en condiciones...
Un beso desde alemania!
Publicar un comentario