La Rifa de Gran Hermano
Hace un par de días que empezó la nueva edición de Gran Hermano. Para el que haya vivido fuera de la Tierra (después de lo que le han hecho al pobre Plutón, me da miedo llamarle Planeta Tierra) durante la última década, diré que Gran Hermano es un “experimento sociológico” que se viene repitiendo de forma televisada durante los últimos ocho años.
Dicho “experimento” (la verdad, me parece un modo demasiado generoso de llamarlo), consiste en encerrar juntos a una docena de estereotipos. En la casa podemos, por tanto, encontrar empresarios ligones, soldados traumatizados, ex prostitutas, buscavidas, musculitos de gimnasio, vírgenes acomplejadas, madres solteras… Lo fundamental es que se trate de gente sin demasiadas luces, desinhibida, intolerante, vaga y, en las últimas ediciones, bastante guarra.
Visto así, parece mentira que media España (y la otra media, aunque no lo reconozca) esté pendiente de las andanzas de la casa de Guadalix de la Sierra. Porque de eso no hay duda: en términos de audiencia, el programa continúa en forma; parece como si los españoles nunca nos cansásemos de, año tras año, tragarnos la misma basura.
El hecho sobre el que quería llamar la atención es una de las novedades de esta edición. En un intento de “democratizar” Gran Hermano (personalmente, nunca he visto demasiada transparencia en los criterios de selección), se hizo un llamamiento popular: se rifaría una plaza en el programa entre todos los que acudieran al plató. En un país como este, la respuesta era bastante previsible: desde la madrugada del día anterior, la gente se acumulaba a las puertas del estudio para, según las entrevistas que les hacían a pie de calle “no pegar un palo al agua nunca más”.
Al final, como estaba previsto, se llevó a cabo el sorteo. Sin embargo, hubo un problema: alguien confundió un 7 con un 1 (ya he dicho antes que no tenían demasiadas luces), entrando en la casa el aspirante número 133 en lugar del 733. ¡Debacle!
Pero la tele es justa. Ha comenzado un llamamiento al desafortunado 733, con la intención de que se incorpore al programa en los próximos días.
Así comienza Gran Hermano VIII. Y espero que sea el último. No sé, ¿acaso no sería posible que, de repente, la gente abriese los ojos y se diese cuenta de que hay que dejar de alimentar al monstruo? Ya sabéis, siempre he sido un iluso…
6 comentarios:
Pues sí. Por cierto, yo siempre te he considerado, a tí Javi, un candidato potencial al concurso que daría muchísimo juego, y sobretodo, míticas frases. Podrías ser el nuevo Jorge Berrocal.
Y no estoy diciendo que tu no tengas luces, que las tienes, ( aunque ya algunas fundidas por el alcohol), ya que por ahí pasaron también el Kafkiano Koldo que se jactaba de su cultura y tal.
En Youtube, ya está el video, y se aprecia perfectamente como la azafata dice 7, y pone unos ojos como platos cuando anuncian que es un uno. Falló al mostrar la bola con una desviación de unos 30º, y después al no atreverse a corregirlo, pero ella sabía que era un siete, los cenutrios fueron otros.
La verdad es que, en plan de broma, todos los asistentes a las comidas del viernes en casa de mi abuela nos hemos planteado alguna vez nuestra entrada en la casa. Sin embargo, de ningún modo me prestaría al linchamiento público que el programa de Endemol supone para sus concursantes...
De todos modos, es halagador ver que alguien querría verme en la tele...
Si te dejaran llevar el theremin... ¿entrarías?
Es curioso, pero es la primera vez desde que empezaron las ediciones de Gran Hermano que no veo la primera gala para ver quien entra. Este año me da totalmente igual, me la suda vamos.
Me da vergüenza que España sea el país que más grandes hermanos ha emitido, y más vergüenza me da Mercedes Milá, que se jacta de ser una buena profesional, y con esta ya lleva 7 veces presentando esta basura. Reconozco que las primeras tres ediciones las seguí, el resto pues eso, el primer día para ver quien entraba, y algún resumen aislado. Pero me niego a ver esta, aunque más que negarme, lo que pasa es que siento absoluta indiferencia. Creo que es buena señal,no?
Sin duda, parece que... "¡ALGO ESTÁ CAMBIANDO, SALINAS!"
Ya que el tema va de tele, ¿veréis los nuevos informativos de La Sexta? Los presentarán Helena Resano y Cristina Villanueva... ¡ñam!
Voy a decir algo que puede que os sorprenda: No me pone nada Helena Resano, pero nada nada. Parece que lleva kilo y medio de maquillaje. Me mola más la presentadora de los informativos de mediodia de Cuatro, hay dos, pues la más morena, es mucho más guapa.
Lo de Helena Resano lo admito: cuanto más la veo, menos me gusta. Sin embargo, la otra, Cristina Villanueva, con esa carita de pilla... ¡qué guapa es!
De todos modos, si Helena me está leyendo... no le haría un feo. Ni mucho menos. Ante todo, soy un caballero.
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